Piérdete en dónde sea, en cualquier lugar, encuentra esos detalles que transforman el contexto, detalles que te hagan sentir algo, simplemente ve, sin rumbo... ni destino, y captura todas esas esencias que envuelven todo y te hacen sentir; una flor, una persona, un momento, un paisaje... y así es cuando encuentras la verdadera esencia de la fotografía.
Debes abrir tu corazón, abrir tu mente, tus sentidos, sentir todo a tu alrededor, sentir cada detalle, cada esencia, sentir toda la expresión de tu alma, viajar, soñar, imaginar y al final, justo en ese momento dar clic a la cámara...